Recientemente, tuve la oportunidad de visitar la Escuela de Danza y Flamenco Priscila Pérez, ubicada en C. Albacete, 12-20, en el encantador pueblo de Monachil, Granada. Desde el primer momento, supe que había hecho una elección acertada al decidirme a aprender flamenco en este lugar. La calificación de 5 estrellas, respaldada por las opiniones de otros tres estudiantes, no era casualidad.
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Al llegar a la escuela, me recibió un ambiente cálido y acogedor. El espacio es accesible para personas con movilidad reducida, lo cual es un gran punto a favor, ya que demuestra el compromiso de la escuela con la inclusión. La decoración, con toques tradicionales andaluces, me transportó de inmediato al corazón de la cultura flamenca.
La Experiencia de Aprender Flamenco
Desde el primer día, la energía y la pasión de Priscila Pérez, la directora y maestra, fueron palpables. Su amor por la danza se refleja en cada clase, y su habilidad para transmitir conocimientos es admirable. Priscila tiene una forma única de conectar con sus alumnos, adaptando las lecciones a nuestras necesidades y niveles de experiencia. Para mí, que era principiante, esto fue fundamental.
En las clases, se enseña no solo el movimiento, sino también la historia y la esencia del flamenco. Priscila enfatiza la importancia de sentir la música y expresar emociones a través del baile. Esto me ayudó a conectar más profundamente con la danza, y cada sesión se convirtió en un viaje personal.
Lo Que Ofrecen
La escuela ofrece una variedad de clases que se adaptan a diferentes niveles y estilos. Aquí hay un resumen de lo que encontré:
- Clases para principiantes: Ideal para quienes nunca han bailado antes.
- Clases intermedias y avanzadas: Perfectas para quienes ya tienen experiencia en el flamenco.
- Talleres especiales: Ocasionalmente, Priscila organiza talleres con invitados especiales, lo que proporciona una oportunidad única para aprender de otros profesionales del flamenco.
- Clases de técnica: Enfocadas en perfeccionar pasos y movimientos.
Un Ambiente Familiar
Uno de los aspectos que más me gustó fue la sensación de comunidad en la escuela. No era solo un lugar para aprender a bailar; era un espacio donde se cultivaban amistades. Las interacciones entre los alumnos y la maestra eran siempre positivas y alentadoras. En cada clase, todos apoyábamos a los demás, creando un ambiente de respeto y camaradería que hacía que cada sesión fuera aún más placentera.
Mi experiencia en la Escuela de Danza y Flamenco Priscila Pérez ha sido excepcional. Desde la calidez de la bienvenida hasta el profundo conocimiento que se comparte en cada clase, es un lugar que recomiendo a cualquiera que desee sumergirse en el arte del flamenco. Si estás en Granada y quieres aprender a bailar, no dudes en visitar esta escuela. Estoy segura de que, al igual que yo, te enamorarás del flamenco y de la magia que se vive en este rincón tan especial de Monachil. ¡Volveré sin duda!